Verdaderamente el más fino de todos los tés, cultivado y cosechado exclusivamente en China, principalmente en la provincia de Fujian. El té blanco chino es un té levemente oxidado, recogido solamente en la temporada de primavera, de los capullos más tiernos los que se dejan marchitar ligeramente para luego ser colocados en esteras, dejando que se sequen al aire.
Las catequinas, un grupo de Polifenoles Antioxidantes encontrados en el té blanco, se ha probado que reducen el colesterol, reducen la presión sanguínea, y mejoran las funciones de venas y arterias, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Diversos estudios científicos han demostrado que el té blanco contiene una cantidad mucho mayor de polifenoles que el té verde y, por lo tanto, su poder antioxidante también es mucho más potente.
Por esta razón, es capaz de prevenir el envejecimiento de los tejidos, mejorar el nivel de colesterol en sangre y reducir con más eficiencia aún que el té verde el riesgo de padecer cáncer.